¿Y la lucha estudiantil? ¿En qué vamos?
En junio de 1929 se adelantan decisivas jornadas populares de protesta contra el régimen conservador y sus estructuras burocráticas y clientelistas empotradas en la gobernación de Cundinamarca y en la Alcaldía de Bogotá. Estas jornadas se dirigían contra la utilización clientelar y política de las empresas públicas del alumbrado, el agua y el alcantarillado y el tranvía en la ciudad, y sobre todo, contra un modelo de administración corrupta de los destinos de la ciudad.
En un incidente, en la noche del 7 de Junio, pierde la vida el estudiante Gonzalo Bravo Pérez producto de una descarga de fusilería desde los alrededores del palacio presidencial. La indignación ciudadana acompañó el entierro del cuerpo de Gonzalo en multitudinaria manifestación y presionó la caída del Ministro de Obras Públicas (Arturo Hernández), el Ministro de Guerra (Ignacio Rengifo), el Gobernador de Cundinamarca (Ruperto Melo) y el alcalde de Bogotá ( Luis Augusto Cuervo). En las elecciones presidenciales se derrumba la hegemonía conservadora y asciende al poder el partido liberal con la presidencia de Enrique Olaya Herrera (1930-1934).
El estudiante Gonzalo Bravo Pérez, asesinado en las jornadas cívicas de junio de 1929, será eternamente recordado, con su sangre se escribió la primera página de la historia del activismo estudiantil en el pasado siglo XX. Desde entonces y hasta 1954, los estudiantes acostumbraron a visitar cada 8 de Junio la tumba del estudiante, en el cementerio central, para hacerle reconocimiento y honrar su memoria (Gallego, 2016).
Son 87 años de lucha estudiantil universitaria, y como jóvenes estudiantes universitarios conmemoramos estas fechas, como días en los que reafirmamos nuestro compromiso como actores y sujetos políticos trascendentales para la transformación de nuestro país, en aras de avanzar hacía una Colombia verdaderamente soberana, en paz y con una distribución de los ingresos más justa.
El profesor Carlos Medina Gallego arriba citado, académico de la Universidad Nacional y quién conoce muy de cerca nuestra lucha, nos hace un llamado a hacer reingeniería organizativa, “la MANE se disolvió, en la acidez erosiva del grupismo dogmático, sectario, exhibicionista, arrogante y sin perspectiva de futuro”, sectarismo que no nos permite avanzar, arrogancias que no tienen perspectiva de construcción, motivos por los cuales hemos perdido fuerza en esta batalla, o ¿será que no se han ido implementando estás reformas sistemas que la OCDE, BID, BANCO MUNDIAL atribuyeron a Latinoamérica?, con el fin de hacer del sistema educativo uno de esos que forman robots, personas sin sentido de pertenencia, humanos, que quizá no construyen para el conjunto de la sociedad.
Hoy ser Pilo Paga ha avanzado en un sistema de inversión proporcional que ha invertido 47. 680.647.902 en la Fundación Universidad del Norte (privada) y 7.673.272.826 en la Universidad Nacional de Colombia, la pública que más ha recibido dinero.
Este es un panorama desalentador, que nos deja muy claro el camino que pretende seguir el Gobierno Colombiano, sistema que privatiza paso a paso el presupuesto para la educación, ¿será este el escenario pertinente para la paz?, bueno aquí dejamos un poco de una reflexión en la que hemos estado pensando en el contexto Universidad del Cauca y que creemos por nuestra convicción de construcción amplia y participativa no podemos dejar de plantear,nos encontramos en un momento histórico que seguramente nos requiere en las calles reclamando por educación para el pueblo y a cargo del estado, paro de maestros, campesinos, del pacifico Colombiano, sindicatos de Bancos, Asonal Judicial, que vislumbran la necesidad de una propuesta distinta de país.
Hoy hacemos un llamado a retomar el difícil trabajo de la unidad en torno a un programa mínimo que nos permita construir un proceso organizativo nacional, que desde nuestras diferencias nos permita “Insistiren lo que nos une y prescindir de lo que nos separa”.
Avancemos en la construcción de consejos estudiantiles, de comités, de procesos que nos permitan unirnos para hacer frente a gobiernos neoliberales que han sabido fragmentarnos.
Universitariamente,
Andrés Felipe Velasco
Estudiante Ciencia Política
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