Las protestas universitarias no deben destruir lo público
Emitido por: Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
Dirigido a: Comunidad universitaria
La Decanatura de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad del Cauca hace un llamado a las organizaciones estudiantiles y a los universitarios que han protagonizado variadas exigencias sobre acciones y omisiones en torno al desarrollo de los procesos académicos y administrativos del Alma Mater, para que -si lo tienen a bien- continúen con las protestas que crean convenientes, pero sin llegar a la destrucción de instalaciones y/o equipos que necesitamos para realizar en condiciones dignas las labores misionales a las que estamos obligados y que son ya parte del proyecto de vida de todos nosotros.
El pasado jueves 21 de abril de 2016 en horas de la noche varios grupos de manifestantes decidieron realizar una marcha de antorchas por las calles de la ciudad, culminando el desfile en la Plazoleta de Santo Domingo, lugar en el que decidieron acumular sus antorchas en la pila que adorna la Plazoleta, y al calor del fuego incineraron lo que pudiera entenderse como la efigie de un directivo universitario. En el video que posee la dirección de la Universidad se distingue claramente a varios estudiantes bailando y gritando alrededor de la pila en combustión, con las banderas y pancartas de sus organizaciones, exigiendo soluciones a los problemas que de tiempo atrás han venido propalando. Eso no fue “un acto simbólico” ni “un accidente”. Simplemente se dejaron llevar de algunos que iniciaron el fuego y, la verdad, nadie dijo nada. Aún hoy siguen sin disculparse con Popayán.
Para la actual dirección de la Universidad del Cauca las protestas en cuanto tales han sido válidas y las hemos mirado como una expresión de los estudiantes que buscan llamarnos la atención sobre varios aspectos a mejorar, lo que de hecho ha venido ocurriendo. Somos una Institución Pública que debe invertir sus recursos oficiales siguiendo los trámites y procedimientos internos y externos vigentes, con la vigilancia normal de los organismos de control del Estado; por esto nos vemos en la obligación de respetar los tiempos y competencias de los funcionarios legalmente encargados de resolver las peticiones aunque a veces existan demoras y errores que nos esforzamos por corregir.
Pero lo que no nos parece normal ni justo es que se llegue al extremo de incinerar o destruir los bienes públicos como la pileta de la Plazoleta de Santo Domingo, emblema proveniente de principios del Siglo XX que ha sido admirado y protegido por muchas generaciones de payaneses, estudiantes y ciudadanos en general, que desean continuar disfrutando de la riqueza arquitectónica y ciudadana de una ciudad histórica como Popayán. Es claro que los daños causados pueden ser reparados por el Municipio o por la Universidad, pero no se trata de destruir sin sentido lo que es preciado para muchas personas. Incluso quienes incurran en actos destructivos con estos bienes protegidos corren el riesgo de hacerse acreedores a acusaciones y procesos que no buscamos adelantar, pero que pueden ser iniciados por cualquier ciudadano.
Ninguna Administración Universitaria diferente a la actual ha dialogado tanto con los Estudiantes, con quienes se han concertado debates y acciones de mejoramiento, de múltiples formas, avanzando específicamente en la solución progresiva de los problemas. Pero no estamos dispuestos a transigir con la irracionalidad, ni con la destrucción de lo público, ni con el consumo de drogas estupefacientes ni licores en los espacios universitarios, ni tampoco con el mal gusto de algunos que con sus gritos solo buscan ambientar posibles intereses extra-académicos. No pueden disculparse diciendo que estas cosas no son problemas de los Estudiantes sino solo de la Administración.
Les hemos facilitado la realización de actos públicos pacíficos y que no interrumpan las clases y actividades de docencia, investigación y proyección social, a juicio nuestro hechas con calidad, pero no permitiremos que los espacios públicos sean lesionados o controlados por quienes no tienen ningún interés por mejorar y vivir dignamente, a pesar de las limitaciones económicas que todos sufrimos.
Fraternalmente,
ROBERTO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
Decano
Representante de las Directivas Académicas ante el Consejo Superior Universitario