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Interacción social - Martes, Octubre 15, 2019

La solidaridad liderada por docente de Unicauca le dio casa propia a una familia de Totoró

La unión de egresados de la Facultad de Ingeniería Civil,  entusiastas, desprendidos de cualquier interés, hizo realidad la entrega de la casa que se construyó para el disfrute de una familia en situación de vulnerabilidad en el Departamento del Cauca.

Foto: Suministrada

Para la familia Yandé Cucuñame, conformada por Belén, Andrés y sus tres pequeños hijos, el 11 de octubre de 2019 quedó en su memoria como el día más especial de su vida, porque no imaginaron, como dicen ellos, llevar a cabo el corte de la cinta que los acredita como  dueños de una casa que con la suma de esfuerzos y voluntades, les produjo una inmensa alegría y les cambió su situación.

Se trata de una donación hecha por egresados de la Facultad de Ingeniería Civil quienes juntaron esfuerzos y recursos para entregar una vivienda digna a una familia caucana en situación de vulnerabilidad, contribuyendo a un mejor bienestar.

“Es una vivienda que cuenta con áreas amplias, iluminadas, piso en cerámica y paredes de ladrillo; está compuesta por dos habitaciones, baño, sala-comedor,  cocina y un espacio exterior que forma parte del lote que se convertirá en huerta; la vivienda en conjunto ofrece unas condiciones adecuadas y dignas para vivir”, indicó Carlos Ariel Hurtado, profesor del Departamento de Estructuras de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad del Cauca, quien lideró este proyecto, junto con algunos egresados de esa facultad.

La iniciativa partió del Ingeniero Civil Jesús Muñoz, quien reside en Londres, Inglaterra, en visita que hizo a Popayán, le propuso a su amigo y colega, Carlos Ariel Hurtado, que hicieran un proyecto para las familias que viven en condiciones difíciles, porque era justo devolverle a la sociedad parte de lo que generosamente les ha dado cuando se formaron en la Universidad del Cauca.

En esta iniciativa de construir una vivienda integral para generar tejido social en población vulnerable, se unieron varias personas para darle casa propia a una familia honrada, trabajadora, de buenas costumbres y con deseos de superación, ese era el requisito y la encontraron.
 

Foto: Suministrada

De inmediato se realizaron actividades buscando recursos económicos que permitieran lograr el objetivo, por lo que el benefactor inició de inmediato esa loable gestión en el exterior, logrando aportes para iniciar la construcción de la casa, que no será la única que construyan, porque aspiran a continuar con esta labor social.

Para adelantar este entusiasta proyecto, en Popayán también se inició una serie de actividades dirigidas por el profesor Hurtado del Departamento de Estructuras, a quien las obras sociales siempre lo han impulsado a tender la mano desde sus posibilidades, a personas que demanden su apoyo. En tal propósito, en nombre de la Universidad del Cauca, formó parte del proyecto “Un Techo para mi País; luego, se unió al  grupo de Empresarios Humanistas de Popayán, a través del proyecto “Pintura Color Vida”, que también buscan llevar viviendas a familias que no tienen posibilidades de adquirirla.

El resultado de esta generosa operación es motivo de alegría y orgullo, porque a través del trabajo conjunto de exalumnos de Ingeniería Civil, con profesionales de Popayán,  empresas y personas particulares, se desarrolló este proyecto de contexto real, para  beneficiarios reales.

La obra fue hecha con cariño, esfuerzo y dedicación en procura de facilitar lo mejor, para que esta nueva morada cumpla su función de evitar que la lluvia y el frío sigan siendo inclementes con esta familia, que por las lamentables condiciones en las que vivía, merecía una casa funcional, con todos los servicios domésticos, además de hermosa y construida con excelentes materiales, donados por Profesionales y empresas de construcción caucanos.

“Esperamos que esta familia cuide su casa, la que también ayudó a levantar con el aporte de su mano de obra, al igual que sus generosos vecinos, entre ellos, el maestro de construcción,  Miguel Chaguendo,  quienes dedicaron muchas horas para la construcción de la vivienda. El esfuerzo del resto de la comunidad también fue definitivo, pues se unió a este propósito de manera desprendida. De igual forma,  no puedo dejar de agradecer a otras personas, entre ellas a mi esposa Sara Caicedo, que pusieron su granito de arena para que el proyecto hoy sea una realidad”, subrayó el ingeniero Hurtado.
 
La familia Yandé Cucuñame, con gran emoción expresó su agradecimiento a todas las personas que construyeron este sueño, “porque nosotros vivíamos  en una casa de tablas de madera, en una sola pieza, en la que el viento y la lluvia se filtraban en medio de las paredes y el piso de tierra, pero esas eran las condiciones que teníamos, porque no contamos con un buen trabajo ni recursos para remediar nuestra vida a corto o largo plazo. Realmente mi esposa, mis tres hijos y yo, vivíamos muy mal y nunca nos imaginamos que algún día íbamos a tener techo propio y con tantas comodidades,” afirmó Andrés Yandé.
 
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