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Universidad - Viernes, Diciembre 16, 2022

El Sistema Nacional de Acreditación no es un ranking, propiciamos una cultura del mejoramiento continuo. Consejo Nacional de Acreditación

José William Cornejo, del Consejo Nacional de Acreditación en Colombia planteó una seria de reflexiones durante el evento Aportes a la Gestión de Cultura de la Calidad, que realizó la Universidad del Cauca para exaltar el trabajo adelantado en el marco de sus procesos de mejora continua.

La dinámica del Centro de Gestión de la Calidad, desde su fundación en 2015 y con el apoyo del equipo de Gestores de Calidad y la buena disposición de los comités de programa para los procesos de autoevaluación, integra los lineamientos de Acreditación con los requisitos de la Certificación ISO 9001:2015. Como resultado, en este periodo, la Universidad pasó de siete a veintiocho programas acreditados y doce más se encuentran a la espera del concepto del CNA; además, se renovaron 90 registros calificados. Manifestó Deibar René Hurtado Herrera, rector de la Universidad del Cauca durante el evento Aportes a la Gestión de Cultura de la Calidad, que contó con la participación de Miguel Hugo Corchuelo Mora, Director del Centro de Gestión de la Calidad y de los conferencistas, José William Cornejo del Consejo Nacional de Acreditación y Óscar Mauricio Jerez de la Universidad de Chile.
 
“Esto constituye una clara evidencia del mejoramiento continuo, reconocido por el Ministerio de Educación Nacional dentro las buenas prácticas y relevante para el proceso de Renovación de la Acreditación Institucional en el marco de nuestro bicentenario”, enfatizó el Rector de la Alma Mater.
 

Durante el evento que buscaba exaltar el trabajo realizado en el marco de los procesos de mejora continua en la Universidad del Cauca, José William Cornejo, integrante del Consejo Nacional de Acreditación en Colombia, planteó que el primer elemento a destacar es que la alta calidad tiene varios componentes, uno de ellos son las capacidades frente a los procesos y otro son los logros, resultados e impactos.
 
“Lo que quise destacar es cómo los nuevos lineamientos de la acreditación en Colombia han enfatizado, no solamente desde la definición sino desde todo el desarrollo de los factores y características. En particular, lo que tiene que ver con los graduados, investigación, proyección y la internacionalización en la importancia de los impactos que se dan por fuera del campus universitario desde el punto de vista espacio-temporal sobre el desarrollo social, productivo, agropecuario e industrial en un momento en que en el país e Iberoamérica se aprecia una progresiva desindustrialización con énfasis en servicios y extractivos. Es decir, en el sector primario y terciario de la economía. El llamado es a un fuerte desarrollo del sector secundario aprovechando las inmensas capacidades que tienen las universidades de Colombia en el desarrollo de nuevos conocimientos y nuevas tecnologías.”
 

José William Cornejo agregó que la alta calidad de las instituciones tiene que ver con las tres funciones misionales: la docencia, la formación integral de los estudiantes, quienes van a ser los futuros graduados y van a tener influencia a nivel nacional y regional en el sector productivo e investigativo, a través de los nuevos conocimientos y nuevas tecnologías que deben incorporarse en lo productivo, y en la proyección social como una forma de atender a las poblaciones vulnerables del país.

“Entonces, la alta calidad desde el Sistema Nacional de Acreditación no es un ranking, lo que nosotros propiciamos es que haya una cultura del mejoramiento continuo, una cultura de la autoevaluación, una cultura de la calidad que permita que las instituciones y los programas vayan mejorando progresivamente según lo que hemos visualizado desde el CNA en las instituciones colombianas”, puntualizó el integrante del Consejo Nacional de Acreditación.
 

Por su parte, Óscar Jerez Yáñez, académico de la Universidad de Chile, se refirió a la importancia de comprender que la innovación educativa no es cambiar por cambiar, sino que es una innovación que debe impactar positivamente en los aprendizajes de los estudiantes. “Este impacto también tiene que enmarcarse bajo la lógica de los objetivos de desarrollo sostenible, es decir, necesitamos innovar en una lógica de transformación para el mundo pensando en cómo impactamos sobre la formación, la sociedad y la cultura institucional.”, concluyó.
 
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