Desde Unicauca conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias Contra la Mujer, haciendo una reflexión crítica acerca de los pasos que estamos dando para convertirnos en un lugar seguro para todas, todos, y todes pues, transformar 196 años de tradición, es un largo y arduo camino que ya hemos comenzado a recorrer con acciones concretas.
Durante el mes en que la Universidad del Cauca cumple 196 años de historia, tradición y legado, emergen miles de historias donde se reconocen y celebran los grandes aciertos que como institución se han alcanzado; aciertos que podrían llegar a ser innumerables dentro de tantas décadas de gloria. Sin embargo, y considerando que en este mes también se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer o violencias basadas en género (VBG), es importante llevar nuestra mirada en un ejercicio autorreflexivo que permite reconocer los desaciertos que también se han tenido, pues sabemos que aún no somos un lugar 100% seguro para las mujeres y para la comunidad LGBTIQ+ o población diversa.
No obstante, también es fundamental destacar que actualmente atravesamos un periodo de siembra que sabemos, más adelante, nos permitirá cosechar grandes frutos reflejados en una cultura universitaria libre de cualquier tipo de violencias. Así mismo, como Institución de Educación Superior Pública, destacamos que nos debemos a la sociedad, una sociedad en constante cambio, por lo que es nuestro deber asumir el compromiso de responder a dichas transformaciones.
Dentro de las semillas que se han venido sembrando y que están contribuyendo a la transformación de nuestra querida Universidad, encontramos el surgimiento de diferentes colectivas feministas y transfeministas al interior de nuestras aulas, al igual que organizaciones y corporaciones lideradas por egresadas y egresados quienes se encuentran trabajando por la inclusión, la erradicación de las violencias y la divulgación de los derechos sexuales y reproductivos dentro de la región. Por otra parte, se han creado diferentes Semilleros de Investigación con enfoque de género, además del Programa de Género y Diversidades Sexuales de la Vicerrectoría de Cultura y Bienestar, la Política Institucional de Educación Superior Inclusiva y, más recientemente, el Protocolo para la Prevención y Atención de Violencias Basadas en Género y Violencias Sexuales.
De ahí que, como casa de pensamiento regional, nuestra labor además de impulsar dichas iniciativas, esté encaminada a respaldar e impulsar cada uno de esos mecanismos que se han creado, comenzando por un verdadero cambio de conciencia por parte de todas, todos y todes quienes hacen parte de esta institución: del valor inigualable de estos casi 200 años de funcionamiento y de escribir cientos de historias, tomamos el impulso para transformarnos.
Así pues, dentro de toda esta amalgama de cambios a los que nos enfrentamos como institución, día tras día, es importante resaltar que dentro del actual Plan de Desarrollo Institucional el tercer eje estratégico hace referencia a una universidad solidaria y comprometida con su entorno, la cual debe garantizar el derecho a la vida, la paz, la reconciliación y la inclusión de las diferencias, además de propender por redes de apoyo para toda su comunidad universitaria. En ese orden de ideas, nos enfrentamos a una ardua misión que permita plasmar y materializar dicho principio universitario que es la Solidaridad, pues más allá de la colaboración y el apoyo mutuo, este principio ético implica repensarnos y ponernos en el lugar del otro, un lugar que históricamente ha sufrido violencias, ha sido invisibilizado, minimizado, cuestionado y que actualmente en muchos espacios, sigue siendo blanco de acciones inaceptables.
Desde la Universidad del Cauca, reiteramos enfáticamente nuestro compromiso por continuar trabajando para que la Alma Mater caucana sea un lugar 100% seguro, puesto que aunque reconocemos que aún no lo somos, estamos altamente comprometidos y dando pasos para serlo. Estamos sembrando inspirados por nuestra comunidad; una comunidad que constituye nuestro patrimonio más valioso, conformado por las y los estudiantes, profesoras y profesores, administrativos, egresadas y egresados y demás Unicaucanos que desde diferentes espacios se encuentran contribuyendo a la eliminación de las violencias: ¡ustedes son el impulso y principal fuerza que nos ayuda a dar los pasos y emprender las acciones que internamente necesitamos para transformarnos!
Que este #25N del 2023, se convierta en una fecha que permita hacer un llamado urgente para que, como sociedad, comprendamos el valor de la vida, del pensar diferente y de la diversidad como fuente de riqueza.
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