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Universidad [1] - Viernes, Mayo 10, 2024

El poder de la educación para la paz, la memoria y la fotografía

En las aulas de esta casa de pensamiento, día tras día se tejen historias que trascienden lo académico y llegan al corazón; historias que sanan y ayudan a reconocernos, transformando así las vidas de quienes habitamos esta institución en la que hacemos sueños realidad. Por esa razón, les invitamos a conocer la siguiente anécdota de viva voz de su protagonista, el profe Jaidiver Ojeda, quien nos comparte un hecho significativo dentro de su ejercicio como formador. Con esta salida, damos inicio a nuestro especial del Día del Maestro, #HistoriasQueInspiran, y que se construyen desde lo más profundo de nuestra Alma Mater. 

En Unicauca pensamos, educamos y actuamos para la paz, fomentando diferentes iniciativas con el objetivo de que la academia contribuya, de manera significativa, a la construcción de esa tan anhelada paz en el departamento del Cauca. Así pues, diferentes profesoras y profesores han asumido el compromiso de educar para la paz, como es el caso del profe Jaidiver Ojeda, politólogo y magíster en historia, coordinador del Programa de Formación Integral, Social y Humanística (FISH) e integrante de nuestra Comisión de Paz, quien nos compartió cómo, a través de un ejercicio de memoria mediante la fotografía, pudo reconocerse y comprender parte de su historia, así como los motivos de sus intereses académicos.
 
“Yo recuerdo que un chico llevó una fotografía de cuando él era muy pequeño, una fotografía común, simplemente era una fotografía de un niño que se encontraba en una casa con sus dos padres. Después él nos contó la historia de esa fotografía, y le preguntamos, ‘¿Qué significa la fotografía en sí?’, ‘¿en qué momento fue?’, entonces él nos compartió, que sus padres le contaron, que esa fotografía fue tomada en el año 2000, cuando ellos llegaron a Popayán después de un proceso de desplazamiento de un municipio del sur del Cauca”, recordó el profe Jaidiver enfatizando en el poder de la memoria.“Cuando yo escuché esa historia y conecté la fecha del año 2000, vino a mi cabeza lo que vivimos con mi familia, porque fue el mismo año en el cual llegamos como desplazados desde el Putumayo a Popayán”, añadió el profe con un tono emotivo en su voz.
 
El profe Jaidiver nos narró cómo en el año 2000, Popayán se convirtió en una de las ciudades receptoras de desplazados debido a la arremetida paramilitar en el suroccidente colombiano, un evento que provocó que muchas familias llegaran a la ciudad y se asentaran en la periferia, algunas ocupando predios y dando lugar a la conformación de asentamientos, como es el caso de la Comuna 7. De ahí la importancia de reconocer estas memorias en la vida cotidiana ya que muchas personas que nos rodean, han experimentado el proceso de desplazamiento.
 
“Posteriormente pude comprender el por qué hoy esos son los temas que yo trabajo en términos de investigación, pedagogía y educación. Es decir, ahí comprendí y he venido comprendiendo, en el ejercicio de reconocer también cómo esas historias y estas memorias, son los temas que a mí me interesan y de alguna u otra forma, no solamente por interés académico, sino por interés personal y de una postura política frente a la solución del conflicto armado. Y por eso, quizás, le apuesto a trabajar la memoria, la paz, la educación y la pedagogía”, expresó el profe Jaidiver, destacando que a menudo resulta difícil identificarse y reconocerse como víctima de la violencia, ya que, de alguna forma, directa o indirectamente, muchos hemos sido afectados por la guerra, sin embargo, enfatiza la oportunidad que ofrecen las aulas para abordar estos temas, trabajarlos y hasta cierto punto, sanarlos, ¿impresionante verdad?
 
Qué bonito resulta reflexionar y acudir a nuestros profes para conocerlos un poco más, desde una perspectiva que incluso puede ser percibida como más íntima. Y nosotros, en el marco del Día del Maestro, fecha que estamos próximos a celebrar el 15 de mayo, hemos querido traer a colación anécdotas de diferentes profesoras y profesores quienes, a través de la docencia, contribuyen a transformar la vida de sus estudiantes y quienes, mediante su labor, también experimentan una transformación personal: se trata de un proceso colectivo sin lugar a dudas.
 
Hoy, con esta primera entrega de estas micro historias que nos inspiran, empezamos a manifestarles nuestra gratitud por la labor que desempeñan cada día, pues es gracias a ustedes que podemos construir sueños y contribuir al desarrollo de una sociedad más justa y equitativa, al mismo tiempo que fortalecemos esta universidad de excelencia y solidaria, que se encuentra altamente comprometida con la construcción de paz, la reconciliación y la no repetición.
 
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Programa de Formación Integral, Social y Humanística
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